Todos sabemos lo importante que es tener una buena higiene bucal, porque cuando la descuidamos nos juega malas pasadas, como en el caso de que ese dolor de muelas te fastidie lo que parecía un maravilloso día de verano en la playa.
Y encima todo esto llega en el momento menos esperado, como siempre, cuando no tienes a tu dentista cerca y tienes que mentalizarte con que no vas a tener la oportunidad de solucionar tu problema hasta que vuelvas a casa y puedas visitar a tu dentista para decidir si con un empaste está todo solucionado o, por el contrario, necesitas una endodoncia.
Pongámonos en situación: imagínate que estás disfrutando de unas más que merecidas vacaciones en compañía de toda tu familia en la playa…
Agua, sol, arena, buena compañía, una maravillosa bebida helada, vamos, lo mínimo que se le puede exigir a un día de playa.
Cuando al fin has conseguido desconectar de la rutina diaria y de todos tus problemas, que ya solucionarás a la vuelta, va y empiezas a sentir ese dolor que empiezas a temer que interrumpa tu tan merecido descanso.
Tú eliges qué haces en la playa: si vas en compañía de la familia con los niños correteando a todos lados, si te pones a coger ese morenito que llevas todo el año buscando o si simplemente eres de los de la cervecita en el chiringuito… lo que no eliges es que en ese momento se te estropee el plan por un dolor que se podría evitar.
Lo más sencillo sería acercarte a una farmacia de por allí y pillar algún analgésico cualquiera, pero eso sería una mala decisión: primero, no va a quitarte el dolor por completo; segundo, adiós a la posibilidad de tomarte la cervecita o el tintito que tanto tiempo habías estado esperando.
Así que ya te estarás preguntando: ¿Qué puedes hacer para que este dolor de muelas no me arruines las vacaciones?
Bueno, pues la solución es muy sencilla. Mientras esperas el momento de ir al dentista y saber vamos a necesitar un empaste o una endodoncia, te vamos a dar un pequeño truco que te aliviará las molestias para que puedas terminar tranquilo tu día en la playa.
Como ya habrás escuchado, el agua salada es muy buena para prevenir infecciones en heridas abiertas, mejorar la piel, bajar la inflamación… ¿verdad?
Pues nada, en unos segundos solucionado el problema:
- Consigue un vasito de plástico o recipiente para poder beber.
- Coge el vaso y llénalo de agua de mar (alejate un poquito de la orilla para no coger arena).
- Usa el agua de mar como enjuague bucal y mantenlo en tu boca durante 30 a 60 segundos.
- Repite esta operación cuantas veces te haga falta.
- Disfruta de tu día de playa.
Eso sí, no se te olvide que lo primero que tienes que hacer al terminar las vacaciones es pedir cita a tu dentista, y no tengas miedo a una posible endodoncia, que si llegas a tiempo, se puede evitar.