Todos sabemos lo importante que es tener una buena higiene bucal, porque cuando la descuidamos nos juega malas pasadas, como en el caso de que ese dolor de muelas te fastidie lo que parecía un maravilloso día de verano en la playa.
Y encima todo esto llega en el momento menos esperado, como siempre, cuando no tienes a tu dentista cerca y tienes que mentalizarte con que no vas a tener la oportunidad de solucionar tu problema hasta que vuelvas a casa y puedas visitar a tu dentista para decidir si con un empaste está todo solucionado o, por el contrario, necesitas una endodoncia.
Pongámonos en situación: imagínate que estás disfrutando de unas más que merecidas vacaciones en compañía de toda tu familia en la playa…
Agua, sol, arena, buena compañía, una maravillosa bebida helada, vamos, lo mínimo que se le puede exigir a un día de playa.
Cuando al fin has conseguido desconectar de la rutina diaria y de todos tus problemas, que ya solucionarás a la vuelta, va y empiezas a sentir ese dolor que empiezas a teme